Cartas a Celaque
Autora: Mayra Pinto
Cartas a Celaque es un concurso de escritura que se llevó a cabo como iniciativa de la Dirección Departamental de Educación de Lempira (Honduras) donde niños de varias escuelas se dispusieron a escribirlas.
Esta iniciativa fue apoyada por el proyecto USAID – “De Lectores a Líderes” por hacer que en la educación básica se le conceda un espacio cada vez más amplio a la escritura creativa. También se contó con el apoyo de Mancomunidad Colosuca y MAPANCE, y se espera que a finales de año se haga la publicación impresa con veinte de las cartas escritas por estos niños.
Realmente es de admirar todo este apoyo y el esfuerzo que hicieron padres y madres de familia, docentes y cada una de las personas que colaboraron de una u otra forma a estimular la creatividad en los niños de las escuelas en el departamento de Lempira.
Durante el evento de premiación también se brindó una pequeña introducción y gira de observación de aves de parte de los clubes locales, sembrando la semilla de motivación para tan bonita actividad.
Ceremonia de premiación concurso «Cartas a Celaque» en el Parque Nacional Celaque.
A continuación dos de las cartas premiadas:
Por: Eliza Guadalupe Muñoz
Querido Celaque,
Me tomé el atrevimiento de escribirte una carta, para decirte ¡cuánto me sorprendes con tu imponente y majestuosa cobertura vegetal que cuidas entres tus entrañas!.
Espero te encuentres llena de vida, y que tus árboles siempre estén verdes y altos, ¡yo quiero crecer así de grandes como uno de ellos!.
También déjame decirte que aparte de sorprendida, me siento feliz, salgo del patio de mi casa para sentir las caricias que me das a través del viento y las serenatas que en las mañanas das, con el canto de los pájaros y los ríos.
Todo esto te lo describo así, porque mi mami y mi abuela hablan tan bonito de ti que tengo ganas de ir a conocerte y quiero ser tu amiguita también. Ellas recuerdan, que tú eres una cajita de agua y que en ellas viven venaditos, monitos, gatitos de monte y muchos pajaritos de varios colores.
Por eso por eso quiero que seas mi amiga, para jugar contigo y que me prestes a tus animalitos.
Te prometo que seguiré cuidándote y le contaré a mis compañeritos de ti, que eres bonita, y que nos das agua para lavarnos las manitas, bañarnos, y para que mamita pueda cocinar el cafecito para irme a la escuelita.
Un tío fue a visitarte con otras personas, me dice que son turistas que vienen a verte y me cuentan también que eres una montaña muy especial, por ser una reserva natural muy importante para el mundo, por los animalitos y plantitas que tiene.
También me dicen que hace mucho tiempo vivieron ancestros: el pueblo lenca, y que hay un árbol que se llamar «árbol de oro», y que es único en el mundo, y que es endémico, no sé bien qué es eso, pero me enseñan fotos y se ve muy bonito, tan bonito como tus amaneceres con esas nubes que se ven bien esponjosas y ese fondo de colores.
¡Cuando este grande iré a conocer todas esas cosas y juro cuidarte siempre!.
No quiero despedirme de ti, pero te prometo que pronto iré a visitarte con en mi familia y te contaré todo lo que pienso y siento de ti.
Por: Sofia Arita Reyes
Esta mañana me despertó el canto de los pájaros, he tomado una pluma para escribirte a ti: te saludo con el respeto que te tuvieron nuestros ancestros, escribo ¡inspirada en tu belleza!.
Quiero contarte lo mucho que te admiro, lo orgullosa que me siento de pertenecer a aquí, pienso que tienes manos que tocan el cielo, y como un guardián bueno, vigilas mi país.
Imagino al Cacique, recorrer tus caminos, bebiendo el agua clara de tus bellos manantiales, caminando con el jaguar, y contemplando el sol, el quetzal dirigiendo su empinado camino, que con sus pies descalzos en silencio voló.
Siento bella montaña, que tú sabes la historia, porque tu protegiste a nuestras tribus lencas, de las cuales segura estoy, que vengo yo.
Porque estoy muy segura del amor que te tengo, quiera estudiar tu flora y tu fauna y ver de dónde nace el sol en las mañanas, y sentirme dichosa de ser lempireña.
Sentir tu fresca brisa y caminar tus senderos, ¡es algo muy hermoso y bendición de Dios!, escuchar el murmullo del manantial corriendo, llevando toda vida hasta cualquier lugar.
Cuando pienso en tu grandeza, más te admiro, tu hermosa naturaleza reflejada en los manantiales cristalinos. Tú sabes que con tan dulce melodía, que con cariño te canta, el amanecer de vivos colores se asemeja la guacamaya, que también es parte tuya.
Recorro tus caminos, y a mi mente se asoman pensamientos que con el alma pura, los dedico solo a ti.
Albergas el bellísimo canto del jilguero, al ver que con mis pasitos me he dirigido a ti, ¡amo saber que existes!, ¡amo tus grandes cerros!, de tonos verdes oscuros, y tus bellos amaneceres donde contemplo el sol.
También quiero contarte, que yo quisiera ser árbol, ser montaña, ser tierra, y sentir que me aman, como yo te amo a ti.
Ahora me despido, y besaré tu tierra, la cual sé que es bendita, y te digo hasta pronto y cambiaré tus veredas, y segura estoy que llegaré a la cima.
La observación de aves se está volviendo cada vez más común en nuestras localidades, y es que, espacios como este, como oportunidad para dar a conocer la actividad son claves para el fortalecimiento de la misma, así como resaltar la importancia de prácticas éticas que lejos de generar una carga al ecosistema, sirva como ciencia ciudadana para aportar datos que contribuyan a estudios en favor de las aves, así como el cuidado del medio ambiente.
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