Pronunciación de nombres científicos

Autor Alejandro Bayer
Colaboración de Mayra Pinto

Introducción

No son pocas las personas en el mundo que se valen diariamente de los nombres científicos como parte de su trabajo o como medio de comunicar algunos de sus principales intereses. Médicos refiriéndose a organismos de distinto tipo, biólogos hablando de los millones de taxones existentes, naturalistas de diversas clases, ecólogos, ingenieros forestales, observadores de aves, etc., etc., etc.: todos ellos acuden a esos nombres como medio de identificación de aquello que estudian, observan, analizan, explican, describen, señalan…
¿Pero cuántos de ellos saben latín o conocen el modo en que los latinos pronunciarían esos nombres? Una cantidad insignificante de ellos, lastimosamente. Hasta hace setenta años eran muchos los que tenían nociones básicas de ese idioma y gran parte de los pobladores de occidente sabían pronunciarlo de modo casi instintivo. Hoy no es el caso.

Nos proponemos llenar ese vacío con el aporte de Alejandro Bayer, abogado y doctor en Filosofía, observador de aves, estudioso de aspectos simples de la botánica y de la astronomía, interesado en mariposas diurnas y nocturnas, y aficionado a la fotografía, presentando un resumen inicial de las que podrían llamarse diferencias respecto a nuestro idioma de la pronunciación latina, pero de una de ellas, la romana o eclesiástica, pues él considera que ésta, y no la germánica o clásica, es la asociada a la historia de la ciencia.

Posteriormente publicaremos la explicación, con el audio correspondiente, de la pronunciación de algunos nombres de aves y quizás de otros taxones residentes o transeúntes en nuestro territorio hondureño.

Tipos de pronunciación

Romana

Eclesiástica. Es la base principal de nuestro idioma. La que se conoce por transmisión ininterrumpida de veinte siglos.

Clásica o germánica

La que procede del latín hablando por patricios y letrados del siglo I de nuestra era, y cuyo conocimiento se debe a investigaciones iniciadas por Erasmo de Rotterdam. Es la usada en Alemania y en el mundo angloparlante en razón de la reforma protestante y de su rechazo a Roma.

Española

Presenta muy pocas variaciones respecto de la romana.

Propósito

Conocer, no obligar. A todos parece mejor saber que no saber, conocer que no conocer: en este caso, el modo como dirían los latinos lo que nosotros decimos en su idioma. Pretendemos transmitir lo que hemos podido encontrar al respecto, gracias a lo cual esperamos que la siguiente generación aprenda bien lo que nosotros lastimosamente aprendimos o mal, o que aprendimos bien pero sin conocimiento de causa.

Beneficio adicional

Unificación. Si nos esforzamos por pronunciar bien y del mismo modo, nos comprenderemos más fácilmente, se hará más sencillo la transcripción o búsqueda de los nombres, y la siguiente generación podrá aprender correctamente.

Elementos principales

Sonidos vocálicos

A, E, I, O, U = Suenan igual que en español y todas pueden ser cerradas (A, E, I, O, U) y abiertas (Ā, Ē, Ī, Ō, Ū).

Y = “I” griega [Ipsilon]: “ü” cerrada francesa. Sonido de “i” con labios cerrados.» Durante siglos se ha pronunciado como «i» y así debe pronunciarse.

Diptongos latinos (vocales unidas en una misma sílaba)

Son tan solo estos: ae (æ), oe (œ), au (au), eu (eu).
• Diptongo AE (Æ – æ [signo ash]): se pronuncia exactamente como nuestra “e”.
• Diptongo OE. También se pronuncia como nuestra “e”. A veces se escribe Œ – œ [signo ethel]).
• AU – EU son diptongos sin pronunciación distinta de la española.

Diptongo griego

‘Yi’ (se pronuncia «ui») es un diptongo griego adoptado por los latinos.

Sonidos consonánticos especiales (respecto al español)

• ‘ce’ y ‘ci’: se pronuncian respectivamente como “che” y como “chi” (fuerte castellana: no “she” suave inglesa).
• ‘ch’: se pronuncia como “k”.
• ‘ge’ y ‘gi’: deben pronunciarse como “ye” y como “yi” respectivamente.
• ‘gn’: se pronuncia como “ñ”.
• ‘h’: nunca se pronuncia.
• ‘j’: se pronuncia como nuestra “i”.
• ‘ll’: su sonido es como el de “l”.
• ‘ph’: se pronuncia como “f”.
• ‘r’: su pronunciación no difiere en nada del que conservamos en español: sonido doble en comienzo de palabra o entre “n” y vocal (como en Enrique). Es suave o sencillo en los demás casos.
Cuando esté entre vocales de nombre compuesto, siendo el sonido inicial de la segunda palabra, su sonido es doble (debería escribirse “rr”). La h que la sigue es indicio de procedencia del griego: suena fuerte (-rrham, -rrhyn, -rrhon…).
• ‘t’: siempre se pronuncia como nuestra “t”, pero en los grupos tia, tie, tii, tio, tiu en medio de palabra se pronuncia ‘ts’ a menos que la preceda una ‘s’, ‘t’ o ‘x’, o si la siga una ‘h’.
• ‘th’: se pronuncia “t” (la “h” es muda siempre).
• ‘x’: suena “cs”.
• ‘z’: se pronuncia como “ds” al comienzo de palabra (un poco más fuerte que “s”), y se pronuncia como “ts” en medio de palabra.

Los nombres extranjeros latinizados: se procura, como con el latín, pronunciar lo más cercanamente posible al idioma original.

La acentuación de las palabras

Es difícil conocerla porque los latinos no usaban nuestro acento gráfico o tilde. El símbolo llamado macro (ˉ), usado sobre algunas vocales en los diccionarios de latín o en textos de enseñanza, tiene por fin indicar la calidad de abierta de la vocal, por tanto sólo indirectamente ayuda a conocer la acentuación de la palabra.

Determinación del acento fonético

No hay palabras agudas (acentuadas en la última sílaba) en el latín (aunque sí en otros idiomas usados en los nombres científicos, lo cual respetaría el latino ilustrado). De esto se sigue que toda palabra bisílaba es grave (con acento en la penúltima sílaba).
Las palabras trisílabas o superiores son graves o esdrújulas (con acento en la antepenúltima sílaba) dependiendo de la “cantidad” o extensión de la penúltima sílaba, de si era larga o breve, por lo cual se hace necesario saber reconocerlas.

Sílabas largas y sílabas breves

Son sílabas largas:
• las terminadas en vocal abierta (a, e, o) no seguida de vocal, como en leucocephala, schefflera o delonix… (no en buteo, atropileus o caerulea).
• las formadas con diptongo de sonido doble (au, eu), como en hypoglauca, cranioleuca o pyrrhomyias.
• las terminadas en consonante, como en columba o podilymbus.
• Y las seguidas por consonante de sonido doble (‘x’ ó ‘z’) o por consonantes repetidas, como en spiza, o en eubucco o myiotriccus.
Son sílabas breves:
• las terminadas en vocal cerrada natural (i, u), como en melancholicus o minuta;
• y las terminadas en vocal abierta seguida de otra vocal, como en parabuteo, pipraeidea u homochroa.

Reglas en la pronunciación de nombres científicos

Si la penúltima sílaba es larga la palabra es grave, es decir, en ella se marca el acento fonético.
Si la penúltima sílaba es breve o corta la palabra es esdrújula (con acento en la antepenúltima sílaba).
Los nombres compuestos se acentúan en ambas palabras o en la segunda de ellas, como ocurre en el español.
Los nombres no latinos se pronuncian según idioma original su parte no latina, y en latín lo latino.

Helm Dictionary of Scientific Bird Names (James A. Jobling)

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